lunes, 29 de septiembre de 2008

... de discos

Maravilloso lo último de No reply. Una de acordes frescos, con una voz juvenil pero cálida y muchos, muchos, muchos toques de swing, ska, jazz y buenrollismo (como diría mi hermano catalán). Hace un par de semanas tocaron gratis en Madrid. Una después en la sala Heineken por cinco pavos. Putada no verlos (deben montar una buena en directo).

Otra joya descubierta hace poco: Trocotombix. Locura orgiástica. Grindcore valenciano. Der güeno.

EDITO!

Por Zeus! Se me olvidó nombrar al inconmensurable, el ínclito, el maravilloso, Pascal Comelade, que es a quien escuchaba mientras escribía un artículo de grupos de música que nada tienen que ver con él.

No entiendo nada. Ya estoy a gusto.

Salud.

martes, 9 de septiembre de 2008

Hoda Korosu (o cómo matar a alguien con un vaso de cartón duro del macdonals)

Hoda Korosu es un arte marcial "especializado" en usar objetos cotidianos para matar o lesionar al enemigo (basta con un vaso de papel o un folio DIN-A4 para cortarle el cuello a un tipo malo malísimo). Ésta es la práctica desarrollada a lo largo de muchos años por Nicholai Hel, el protagonista de una novela que, personalmente, me gustó muchísimo. Es cierto que la leí hace unos 10 ó 12 años, pero tengo tan buen recuerdo de ella, que estoy seguro de volver a leerla y disfrutar de la misma manera. O... Todo lo contrario...

Me es inevitable recordar esa lista famosa que sacó hace poco el suplemento de El País, "Cien escritores en español eligen los 100 libros que cambiaron su vida", dejando a un lado el canon literario, la calidad literaria ni lo que las críticas pudieron decir sobre ellos, ni blablablaaaa. El mismísimo Gamoneda podría haber elegido la novela Paradise Alley y no tener que soportar la crítica de ningún erudito sabelotodo ni las mofas del mismísimo lector mal-herido.

Pues bien. Para mí, Shibumi, sería uno de esos libros que entraría de cabeza en mi lista. Lo he buscado mucho, muchísimo... Por muchas librerías, muchísimas... Y sólo cuando llegó el apogeo y la locura de internet, pude encontrarlo en algún rincón internáutico, pero me he negado a comprarlo vía mail. Aunque pienso que en realidad tengo miedo de afrontar el hecho de leerlo nuevamente y repudiarlo. Quiero seguir pensando lo mucho que me gustó y no saber si es bueno, malo, penoso, best-seller, etc., etc., etc... Pero por otra parte estoy deseando volver a leerlo, eso sí, con la esperanza de que llegue a mis manos físicamente sin haberlo comprado, de cruzarme con un ejemplar sin saber muy bien cómo ni por qué, y no tener que encargarlo a través de este medio cibernético... Manías de uno... Búsqueda de la magia para otros...

La cuestión es que yo me he puesto a escribir sobre esta novela (también) por el autor. Durante muchos años se escondía bajo el seudónimo de Trevanian (su nombre era Rodney Whitaker, como el músico, sí), pero desde su muerte (supongo yo desde la suposición más ingenua), se ha dado a conocer la identidad de un escritor, sin duda alguna, enigmático. Poco se sabe de él, más que participó en la Guerra de Corea y que fue profesor de cine en alguna de las dos mil millones de universidades que hay en USA.

Rechazó cualquier posibilidad de conceder alguna entevista, repudió la fama (y a la gente en general), y se aisló una temporada en el País Vasco francés, de hecho, gran parte de la novela Shibumi transcurre en esta zona geográfica.

A pesar de estar escrita en los años 70 (finales), tengo la sensación de haber flipado bastante con el tema de ETA en dicha novela, es decir, la manera que tiene el autor de retratarlo en la obra es como si realmente lo hubiera escrito ayer. O mañana.

En fin. Me habría gustado ver una adaptación cinematográfica, pero creo que el Señor Trevanian salió bastante cabreado con la única adaptación que hicieron de una de sus obras... Jijiji... Dijo que era una adaptación insulsa y que le ofendieron terriblemente. ¡Pero seguro que se llevó sus buenas perras!

Aysss... Salud, compañeros. Una vez más, ahí les dejo ventanas abiertas.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Batman visto por un psiquiatra y derrotado por Basquiat (la película, claro)

En este artículo iba a escribir sobre ese librito que llegó a mis manos hace años pero que no he leído hasta hace unos días. Se trata de un estudio psiquiátrico íntegro sobre ese súper héroe que está tan de moda estos días. Sí. Batman.

Y el libro es este que os dejo aquí. Está bien... Es curioso y muy, muy, muy elaborado. Una pequeña delicia orgiástico para el buen amante de cómics o mitómano del hombre-murciélago.

Y en el título del artículo pongo que es derrotado por Basquiat porque pensaba hablar del libro únicamente, hasta que esta tarde he visto dicha película dirigida por Julian Schnabel, un autor realmente peculiar y polifacético...

Fue uno de esos pintores rechazados por crítica y público allá en los años '80. Luego se hizo mayor y realizó su primera película basándose en la vida y obra de su colega Basquiat (perro faldero de Warhol, todo sea dicho de paso y por mucho que les pese a sus fans). Bueno, lo mejor del film es la camiseta de baloncesto que lleva Benicio del Toro y el personaje de Willem Dafoe. Lo peor.... Que el director tuvo que pintar cuadros imitando el estilo de Basquiat y utilizar suyos ya hechos para el film porque los familiares de Basquiat (al cual no le hacían mucho caso en vida pero sí una vez muerto y consagrado como un auténtico revolucionador del arte moderno) prohibieron bajo ningún concepto prestar obras del chavalote para la movie.

Es, gracias a este dato, por el que podemos fijarnos a lo largo de la película y ver algunas de las obras que Schnabel expuso hace muchos, muchos, muchísimos años en Madrid. Una colección llamada Parque del Buen Retiro o algo por el estilo.

En fin, una RESPETABLE PRIMERA película para un director que perdió algo de fuelle con Antes que anochezca pero volvió a encontrar un noséqué con su último trabajo, La escafandra y la mariposa.

Salud.