jueves, 17 de julio de 2008

Zombie

Os escribe el que está muerto.

Leéis palabras escritas por un muerto viviente. Sólo hubo una vacuna que no me puse, el recordatorio del Tétanos. Y hoy, mientras jugaba con los chavales, caí al suelo y me hice una herida en el codo. Lavé mi sangre con agua oxigenada y me puse unas tiritas muy monas, de color amarillo. Y ahí toda mi aventura hasta esta hora vespertina de la siesta.

Miento.

Después de estar con los chavales y curar mi herida, anduve durante horas por las calles del barrio, coqueteando con los límites de un Callao desconocido. Fue auténtico y emocionante, todo parecía una escena de algún lugar perdido entre un México extraño y una Texas más mexicanizada que la que ahora existe, algo mucho más distorsionado que la propia realidad.

Me ha gustado mucho la "semi excursión", ya que bucábamos concretamente un sastre (el cual apareció en un mercado lleno de bares sucios, cebicherías enfrente de zapaterías y tiendas de sidís pirateados). Casi todas las películas y cd's de música son pirateados. Si uno quiere algo original, debe ir a un centro comercial, pero justo el que hay cerca de mi morada, tiene en sus vitrinas no más de 20 películas y ningún cd de música. Ninguno significa NINGUNO.

Marcho a dar una vuelta y a cenar. Cuando uno piensa que la muerte puede estar acechando por cualquier chorrada o estupidez, le da igual las bandas más peligrosas del Callao. El Bronx debe ser (o debía ser) la leche cuando se ha creado esa reputación y ves que hay miles de sitios igual de peligrosos o más.

El grupo Alivio no existe, claro.... Era Libido.

Salud.

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